La Covid-19 no es el único enemigo invisible que amenaza nuestra salud este invierno, con la llegada del frío, no solo actualizamos nuestro armario, también algunos viejos conocidos como la gripe, el moho, los resfriados aprovechan esas condiciones de alta humedad para proliferar y agravar algunas enfermedades, sobre todo respiratorias.
La presencia de agua y humedad es uno de los grandes enemigos a los que se enfrenta cualquier edificación. En primer lugar porque puede causar problemas estructurales que acortarán la vida útil del edificio; y en segundo lugar porque estos problemas son sinónimo de frío y escasa eficiencia energética. A todo ello hay que sumar el mal efecto estético que provocan las manchas de humedad y las molestias que causan las filtraciones de agua en una casa.
Por fortuna, la industria ha realizado grandes avances en los últimos años en lo que se refiere a materiales impermeabilizantes. Las cubiertas, terrazas y azoteas son las superficies que están en mayor contacto con el agua, por tanto las principales soluciones del mercado van destinadas a su protección. A continuación, vamos a analizar los diferentes tipos de materiales impermeabilizantes que existen y sus usos o aplicaciones.
Qué tipos de materiales impermeabilizantes existen
Existen numerosas formas de impermeabilizar y decantarse por una o por otra depende, en gran medida, de en qué lugar se aplicará el producto. En general, podemos distinguir cuatro tipos de materiales: pétreos, naturales, sintéticos y metálicos.
- Impermeabilizantes pétreos: fibrocemento, derivados del cemento, materiales cerámicos, pizarra, granito y silicona.
- Impermeabilizantes naturales: el más habitual es el látex, aunque ha dado lugar a otros materiales como el clorocaucho o el EPDM (caucho de etileno de aplicación en frío).
- Impermeabilizantes sintéticos: resinas poliméricas, poliuretano, telas asfálticas, resinas acrílicas, resina epoxi e impermeabilizantes nanotecnológicos.
- Impermeabilizantes metálicos (en desuso): cobre, zinc, acero inoxidable, plomo, acero galvanizado, aluminio, etc.
Uno de los materiales impermeabilizantes más empleados hasta el momento son las láminas de membrana bituminosa de distintos grosores y calidades. Aunque en la actualidad se están reemplazando por otros materiales porque tienen como punto débil que sus juntas pueden presentar puntos de fuga. Además, su vida útil se resiente ante una exposición prolongada a los rayos ultravioleta (UV) del sol.
En este momento, las nuevas construcciones apuestan por el poliuretano (PU) como material impermeabilizante, ya que presenta una enorme resistencia, una larga vida útil y poco peso, lo que favorece su instalación. Otra alternativa son los revestimientos acrílicos porque ayudan a reducir el gasto energético. Además, se está investigando en nuevas soluciones basadas en nanotecnología.
Por qué la impermeabilización líquida es la más efectiva
La impermeabilización líquida se están convirtiendo en uno de los sistemas más innovadores y efectivos para evitar las filtraciones de agua en viviendas. Su versatilidad se ve acompañada por su sencilla forma de aplicación, que es similar a la de una pintura convencional. Este tipo de impermeabilización aprovecha las ventajas que ofrecen materiales y compuestos como el poliuretano.
Además de su sencilla aplicación, la impermeabilización líquida presenta una alta elasticidad, lo que significa que en ella no aparecerán grietas ni por su exposición al sol ni por heladas u otras situaciones climatológicas adversas. A esto hay que sumar su prolongada vida útil sin necesidad de un mantenimiento regular.
Por todo ello, para estar protegido contra esos enemigos invisibles, deberíamos hacer de nuestra casa un fortín impenetrable.
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