El hecho de mejorar la habitabilidad de los edificios puede proporcionarnos subvenciones ya que nos prepara para ahorrar en impuestos futuros. El aislamiento proporciona ahorro y mejora las prestaciones técnicas de las soluciones constructivas de nuestros edificios. Por estos motivos, existen subvenciones.

La Directiva Europea de Eficiencia Energética de los edificios (2002/91/CE) obliga a realizar medidas para mejorar la eficiencia energética de las viviendas. Y el aislamiento térmico es una de las mejores medidas, ya que supone un gran ahorro de energía.

Las Administraciones habilitan ayudas económicas para aquellas rehabilitaciones que suponen una disminución del consumo de energía de los edificios.

El aislamiento térmico contribuye a:

• Reducir la factura energética ya que al realizar un aislamiento térmico se reducen las pérdidas de calor o frío dentro de la vivienda, por lo que la energía que se necesite será menor, haciendo que ahorremos dinero en nuestras facturas y también a nivel global, el consumo del país será menor.
• Mejorar el confort y el bienestar del usuario de la vivienda
• Disminuir las emisiones de gases con efecto invernadero, principalmente C02
• Eliminar las condensaciones y mejorar el aislamiento acústico: por un lado se eliminan las humedades interiores que suelen conllevar la aparición de moho y además se reduce el ruido procedente del exterior o de los propios vecinos
• Añadir valor al edificio: las ventajas anteriores pueden ser un argumento positivo en caso de alquiler o venta.

Un buen aislamiento puede lograrse actuando en distintas partes del edificio:

• Aislamiento de fachadas (muros y ventanas).
• Aislamiento de cubiertas y bajo cubiertas.
• Aislamiento de suelos, techos, y tejados.
• Aislamiento de tabiques interiores y de separación entre viviendas y paredes o separaciones con zonas comunes del edificio.